Contenedores para residuos peligrosos. ¿Qué tipo necesitas?

Reciclar según qué tipo de residuo no es tan sencillo como tirarlo al contenedor correspondiente. Algunos residuos, sobre todo los que generan las empresas, tienen que ser almacenados y tratados de forma especial.

Los residuos peligrosos necesitan ser almacenados en contenedores específicos y homologados. Gracias a estos contenedores, nos aseguramos de que están conservados en las condiciones de seguridad necesarias para proteger a las personas y al medio ambiente.

 

¿Qué son los residuos peligrosos?

Los residuos peligrosos son aquellos que implican un riesgo tanto para la salud de las personas como para el medio ambiente. Las características que los hacen peligrosos las llevan intrínsecas; como por ejemplo, el ser explosivos, tóxicos, cancerígenos, mutagénicos, etc.

Hay que tener cuidado a la hora de manejarlos, siempre teniendo en cuenta el tipo de residuo del que se trata. Su tratamiento y almacenaje será diferente, por lo que tienen que estar bien identificados y señalizados.

 

Tipos de contenedores para residuos peligrosos

No todos los contenedores sirven para almacenar y transportar todos los residuos diferentes que se generan. Cada residuo necesita un contenedor con unas determinadas características capaces de soportarlo.

  • Residuos líquidos. Este tipo de residuo necesita un contenedor de polietileno, de alta densidad y con un elevado peso molecular. Este material es prácticamente inerte y no reacciona con casi ninguna sustancia, lo que lo hace ideal en este caso.
  • Residuos sólidos. Los residuos sólidos pueden ser altamente corrosivos, por lo que necesitan contenedores metálicos o de plástico, muy resistentes y capaces de soportar esta característica.
  • Residuos gaseosos. Son altamente inflamables, y al poder filtrarse fácilmente, necesitan ser almacenados en contenedores totalmente herméticos. Además, tienen que ser de metal, para evitar que el fuego afecte al residuo y se genere una reacción.

Todos los contenedores de residuos han de estar correctamente señalizados. Esto se hace mediante rótulos claros, legibles y firmemente adheridos al contenedor.

Es importante no almacenar más cantidad de residuos de la que cabe en el contenedor, no forzar ni meter a presión; es conveniente que no estén llenos del todo. También lo son las condiciones en las que se almacenan, teniendo en cuenta la temperatura a la que están expuestos y la ventilación. Las zonas de almacenaje tienen que ser independientes y estar aisladas, para evitar que estén cerca de zonas de riesgo o de elementos que pueden ser reactivos para ellos.

Hay que asegurarse de que, tras introducir en los contenedores los residuos peligrosos, se cierren correctamente; evitando que estos, junto a su peligrosidad y toxicidad, puedan derramarse o salirse. Como los que tenemos en Garfella Carsi, fabricados con los mejores materiales y la máxima seguridad de cierre.

 

Por lo tanto, los residuos peligrosos tienen que almacenarse en contenedores específicos capaces de soportar sus características. Dependiendo del estado que estos tengan (líquido, sólido o gaseoso), necesitarán unos fabricados en un material u otro. Siempre homologados y cumpliendo con la normativa vigente.

En Garfella Carsi, ponemos a tu disposición los contenedores para residuos peligrosos que tu empresa necesita. Solo necesitarás verter tus residuos en ellos, porque de su gestión, nos encargamos nosotros. Contáctanos ante cualquier duda o consulta, siempre dispuestos a ayudarte.

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